Al igual que el Castillo de Peñíscola, el resto de la ciudad antigua se eleva sobre los restos de la desaparecida alcazaba árabe.
Con el paso del tiempo, la ciudad fue quedando delimitada por la construcción de las murallas, construidas en tres épocas diferentes (medieval, renacentista y del siglo XVIII). El casco antiguo de Peñíscola está repleto de bares, tiendas y muchos rincones interesantes.
Vale la pena dejarse perder y recorrer todo el casco para descubrir el encanto de esta hermosa ciudad.